undefined
La presente semana ha sido origen de festejos y marchas, ínfimos sentimientos cosechados bajo un aura de caridad cristiana y lazos formados con vuestros hermanos bajo la divinidad de vuestro Señor. Mas no todo se ha tratado de bienaventuranzas.
En el día de ayer, una desgracia osó turbar la marcha del Jueves Santo, organizada por el Cabildo Sanjuanino, en la Plaza Central de la susodicha provincia: mientras se entonaba el Cántico Divino, una figura beatífica sufrió cierta resquebrajadura, cuyo origen aún no ha sido comprobado por vuestras autoridades, provocando el desprendimiento de uno de los monumentales brazos de dicha efigie, el cual inevitable y desdichadamente cayó sobre los allí presentes.
Los daños no se presentaron en forma trascendental, vuestra comunidad contó sólo con dos individuos heridos, pertenecientes a los Altos de Montecillo, cuyas laceraciones han sido efectivamente declaradas como leves por los más elevados rangos médicos al día de la fecha. Sin embargo, el pueblo se encuentra indignado con respecto al habido contratiempo, alegando que “es obligación del Santo Clero el velar por el bienestar del mobiliario de vuestra Iglesia, más aún cuando tiene a lugar una festividad de magnitud tan elevada como lo es la solemnidad de Semana Santa”.
Las autoridades del Cabildo aún no han emitido declaraciones al respecto, sin embargo cuantiosas fuentes han asegurado que se imputarán sanciones a los respectivos responsables en nombre del bienestar social, y se ordenará la confiscación y el posterior examen de todos los enseres eclesiásticos, a fin de evitar futuras calamidades de este tipo.
Mientras tanto, la figura protagonista se encuentra almacenada en las altas bóvedas de la Iglesia sanjuanina por razones de preservación de la misma, y los festejos divinos del día de hoy, aseguran las autoridades, no se verán afectados.